1. El Principio de la Oración
Qué cosa motiva a una persona a la investigación, a veces inquieta, la felicidad, la paz, la plenitud?
Qué lo impulsa a mirar más allá de sí mismos, de aquella realización que a menudo lleva a la gente a pensar en encontrar en las criaturas ?Por qué en la constante búsqueda de nuevas sensaciones experimentadas, en cambio, una alegría pasajera, un paraíso artificial que sale rápidamente y da paso a la amargura y la decepción?
S. Agustín tiene una respuesta clara a esta pregunta que deriva de su experiencia: “Nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti “. El hombre está hecho para la felicidad, pero esta felicidad es la que tiende a encontrarse en su propia naturaleza, porque ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (Gen 1:26) y lleva el aliento de su espíritu, la vida misma de su Creador. El ser humano es, por lo tanto, mitad de lo divino y es la parte divina lo que lo coloca en este anhelo de felicidad, el deseo de hacerse realidad más allá de sus limitaciones: el hombre no encuentra satisfacción, si no en la reunión con su mitad y perderse en comunión con la vida divina. La oración comienza cuando uno ve la limitación de la creatura y anhela algo más grande. Esto se aplica a todos los hombres de la noche de los tiempos, porque, como enseña el Catecismo de la Iglesia Católica, “el deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre es creado por Dios y para Dios, y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí mismo y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar (I, 27). Todos los seres humanos son capaces de religiosidad, como lo demuestra la variedad de creencias a través de la historia y, si se nos plantea con honestidad intelectual, recta voluntad, un corazón puro, delante del deseo profundo del alma, entonces llegaremos a sentir la presencia de Dios en sí mismos y en las criaturas, por lo que resultará natural recurrir a la Tú que nos sobre pasa. Y así comienza la aventura dela Oración… (Continuará).
Laila Lucci
Erudita bíblica y profesora de hebreo bíblico y Santas Escrituras en el ISSR en Rimini. Es autora de varios ensayos y libros, entre los que se incluyen:
Testigos del Resucitado. Caminos pneumatología Lucana, Pazzini, Verucchio (RN) 2007;
Comentario Teológico-exegético de los “libros sapienciales”, en La Biblia VVV, S. Pablo, Cinisello Balsamo 2009;
Introducción, traducción, comentario a Joel , S. Pablo (nIVA), Alba 2011;
Introducción, traducción y comentario de Amos, S. Pablo (nIVA) Alba 2011.
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