Fe y esperanza en Dios Padre

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

¡¡¡Que la paz de Dios Padre esté siempre con nosotros !!!

En el maratón de este mes queremos reflexionar sobre uno de los mayores dones jamás recibidos: la fe. Desde pequeños se nos enseña a esperar, a creer y a ser capaces de lograr y todos imaginamos el futuro con proyectos, sueños, encuentros y muchas expectativas.

Como bien sabemos, la esperanza no es suficiente si no tenemos la tenacidad y la confianza en lo que hacemos.

Tanto la fe como la esperanza se basan en la misma fuerza primordial que es el amor.

Sí, el amor es Dios y la fe está en el que nos creó. La esperanza es nuestra capacidad para poder amar y ser amados por Dios Padre, y estar unidos por el amor.

Incluso cuando todo parece difícil, todo parece contrario a nuestra voluntad y nuestra serenidad, debemos, aunque sea con dificultad, mantener encendida la llama de la esperanza.

¿Cómo puedo mantener la confianza cuando tengo dolor? ¿Dios no ve mis sacrificios?

La oración, aunque sea difícil y a veces seca, es la única forma de estirar los brazos hacia el punto más alto del cielo, donde reina Dios Padre. Sí, Dios ve y comprende todos nuestros sacrificios, y como resucitó a Jesús después de los grandes sufrimientos terrenales, nos sacará del vórtice del sufrimiento y viviremos en su paz.

¿Y quién de vosotros es ese padre que, si su hijo le pide pan, le da una piedra?

Lucas 11: 11-13

Incluso en nuestras acciones diarias, en nuestra vida familiar o en nuestro tiempo libre, somos parte del vínculo de amor entre Dios Padre e hijos. Nuestras oraciones dichas en casa o cuando conducimos. ya sea en el autobús o de regreso del trabajo son el combustible que alimenta la esperanza, poniéndonos cada día en las manos de Dios para poder quedarnos allí por la eternidad.

Unidos en oración por nuestras intenciones, por los que sufren y por las personas alejadas de Dios.

104 Maratón Internacional de Oración

Fe y esperanza en Dios Padre

28.29.30 de septiembre de 2021