El prejuicio que nos separa de Dios

Estimados hermanos y hermanas en Cristo,

Este mes nos gustaría tratar un tema que siempre ha estado presente en nuestras vidas: El prejuicio.

2 Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos que le escuchaban se asombraban, diciendo: ¿Dónde obtuvo éste tales[a] cosas, y cuál es esta sabiduría que le ha sido dada, y estos milagros[b] que hace con sus manos? 3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, y hermano de Jacobo[c], José, Judas y Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros? Y se escandalizaban a causa de El

Marcos 6:1-6

Jesús también fue víctima de todo tipo de prejuicios; por ejemplo en la Sinagoga no era bien recibido su mensaje de sanación de cuerpo y alma, que era la base de su predicación. ¿En cuántas ocasiones nos hemos visto privados de establecer vínculos, contactos e incluso de hacer amistades con personas de diferentes culturas, de recibir consejos o simplemente conocer las motivaciones de estos hermanos porque las pre-juzgamos sin darles oportunidad de conocerlos? El temor a aquello que los medios de comunicación refuerzan por propias conveniencias y no un sentido cristiano como tildar y generalizar a otras culturas como “terroristas” “mentirosas” “pecadoras” “indecentes”, nos condiciona a juzgar sin conocer y esto nos separa de la voluntad de Dios que por medio de Jesús nos enseñó a “acoger al forastero”. Vivamos esta acogida rompiendo las barreras de los prejuicios especialmente en este año santo de la Misericordia.

Los invitamos a orar con nosotros los días

28-29-30 de abril de el año 2016 en nuestra 39ª Maratón de Oración:

“El prejuicio que nos separa de Dios”