¿Cuándo es difícil amar?

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Los ataques terroristas de Siria, Líbano, Francia, Irak, Kenia y otras partes del mundo nos han conmovido profundamente. Hemos vivido nuestra impotencia y a su vez olvidado de sacr el arma más eficaz para luchar contra el mal: la oración.

Hasta la gente lejana de cualquier camino religioso compartían en las redes sociales mensajes y discursos sobre la necesidad de orar, estar unidos en el amor de Dios.

En la oración buscamos contacto con Dios, el Creador que nos hizo por amor y puede vivir en cada uno de nosotros bajo la única condición de estar dispuestos a amarlo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos siguiendo sus mandamientos.

»Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. ¹⁶ Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: ¹⁷ el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes. ¹⁸ No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes.”

Juan 14, 15-18

¿Cuándo entonces es difícil amar?

Cuando no somos capaces de perdonar, y lo hacemos cuando caemos en el mismo juego del maligno, en el odio y acumulamos ira contra aquellos que hacen daño

“Si vivimos por la ley del” ojo por ojo, diente por diente “- dijo Francisco – no salimos del espiral del mal. El diablo es inteligente, y nos engaña que con nuestra justicia humana podemos salvarnos y salvar al mundo. De hecho, sólo la justicia de Dios puede salvarnos! Y la justicia de Dios se revela en la cruz: la cruz es el juicio de Dios sobre todos nosotros y este mundo. Pero cómo nos juzga Dios? Dando su vida por nosotros! Aquí está el acto supremo de justicia, que derrotó de una vez por todas al príncipe de este mundo; y este acto supremo de la justicia también es misericordia. Jesús nos llama a todos a seguir de esta manera: “Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”

(Papa Francisco)

Si Dios nos dio a su único hijo para nuestra salvación, debemos donar nuestros corazones y nuestras oraciones para salvar a nosotros mismos ya los que todavía viven en la oscuridad.

En este jubileo de la Misericordia entonces, sin resistencia, ofrezcamos al Padre unidos en oración por un mundo que viva en amor.

A la espera de la santa Navidad limpiemos nuestros corazones y preparemos un lugar especial para Jesús, el Emmanuel, Dios con nosotros, dentro de nosotros.

34a Maratón Internacional de Oración

# ORAR POR AMOR

28-29-30 Nov. 2015