¿Cuál es el pan de cada día que le pedimos a Dios el Padre?
Cada día, cada despertar es la confirmación de una resolución de amor de Dios para nosotros: el nuevo día que Dios nos regala es la reiteración de la confianza que Dios nos tiene y del proyecto que desea realizar en nosotros.
Cada día está lleno de sus características, ningún día es idéntico al otro, y en el presente, Dios nos ha enseñado a pedir con sinceridad y abandono por nuestras necesidades cotidianas. El pan de cada día puede ser eso que sólo Dios y tú saben que necesitas para seguir adelante. Desde lo más básico como el alimentar nuestro cuerpo (Mateo 7, 9-11) hasta lo más “complejo” que muchas veces por cansancio espiritual o falta de fe no nos atrevemos a pedir a Dios (la realización de nuestra vida en diferentes áreas) y aun sabiendo que pueda o no ser la voluntad del Señor, él nos enseña en el Padre Nuestro, que debemos “verbalizar” nuestras necesidades; que no es otra cosa más que entrar en contacto con nuestro Padre en la oración. El Espíritu Santo, con el tiempo nos enseñará a pedir las cosas con mayor precisión (Rom 8,26).
La oración diaria nos “entrena” en la confianza de pedir como hijos de Dios por nuestras necesidades. Pero si sólo nos quejamos con los demás de lo que carecemos, y a él, a nuestro Padre, que nos ha soñado desde la eternidad y conoce cada pensamiento que pasa por nuestra mente (Salm 139,2) no le decimos nada, no le damos un espacio en nuestra casa, que es nuestro corazón, esta actitud hará que con perdamos paulatinamente la relación íntima de Padre-Hijo.
No tengamos miedo ir hacia nuestro Padre y pedir por ese pan cotidiano: una necesidad material que no nos permite alcanzar la tranquilidad y la paz o el pan que llene nuestro mundo interno, que pueda ser mejorar como personas, que nos haga crecer en plenitud una vocación de vida y nos acerque más al Señor.
El Señor puede saciar tu hambre, y lo sabemos por boca de nuestra Santa Madre, María, su hija predilecta (Lc 1,53) quien lo proclamó en el Magníficat. El Pan vivo bajado del Cielo se nos ofrece diariamente, humildemente, sólo hay que pedirlo sin descanso, porque Dios no se cansa nunca de escucharnos.
Give us this day our daily bread
31st International Marathon prayer
28-29-30 August 2015
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