5. LA ORACIÓN DE ALABANZA
La oración no tine necesidad de muchas palabras, según cuanto Jesús mismo ha dicho (Mt 6,7) pero una vez unida al silencio interior y el contacto con Dios uno empieza a percibir su grandeza y santidad. En contreaste se tiene contemporaneamente nuestra pequeñez de criaturas limitadas y entonces la mirada de nuestra alma está encantada ante Él y entrar en la oración de alabanza. La alabanza es la base de la espiritualidad del cristiano. En la carta a los cristianos de Roma (Rom 1,18-22) San Pablo explica con simplicidad admirable su esencia:
En efecto, la ira de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad y la injusticia de los hombres, que por su injusticia retienen prisionera la verdad. Porque todo cuanto de se puede conocer acerca de Dios está patente ante ellos: Dios mismo se lo dio a conocer, ya que sus atributos invisibles –su poder eterno y su divinidad– se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras. Por lo tanto, aquellos no tienen ninguna excusa. En efecto, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias como corresponde. Por el contrario, se extraviaron en vanos razonamientos y su mente insensata quedó en la oscuridad haciendo alarde de sabios se convirtieron en necios.
Para Pablo, por lo tanto, la multiplicidad de los pecados se puede resumir en una actitud fundamental: la falta de alabanza, es la falta de reconocimiento de Dios, por quién es Él.
Alabar a Dios es reconocerlo por aquello que él es, en su inmensidad, en su santidad, en su superioridad única. Bien habían comprendido esto los santos. Agustín comenta:
No creo que se puede elogiar lo suficiente a Aquel cuya grandeza es infinita como es Él, quien no tiene fin, por lo que la alabanza debe ser interminable.
San Francisco comenzó su Cántico del Sol con una alabanza profunda:
Altísimo, omnipotente, buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición A ti solo, Altísimo, corresponden, y ningún hombre es digno de hacer de ti mención (Continua)
Laila Lucci,
Bible Teacher and professor of Hebrew Bible and S. Writing at the ISSR Rimini is the author of several essays and books, among whic are included: Witnesses of the Risen.
Paths of Lucan pneumatology, Pazzini, Verucchio (RN) 2007
Commentary to exegetical-theological “Wisdom Books” in The Bible VVV, S. Paul, Cinisello Balsamo 2009;
Introduction, translation and commentary on Joel, S. Paul (NVAT), Alba 2011;
Introduction, translation and commentary on Amos, S. Paul (NVAT), Alba 2012
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